Es poco usual que las puertas de los baños en algunas casas o apartamentos se cierren con llave desde su exterior, ya que sólo se requiere hacerlo desde adentro para garantizar la privacidad de quien lo va a utilizar; esto puede causar algunas dificultades si el seguro se ha dejado pasado o cerrado al salir de ellos o quedan bloqueadas por alguna causa fortuita, como algún tropiezo, un golpe de viento u olvido nuestro.
Pero no te preocupes, la solución está en tus manos.
Verifica en primer lugar las características de la cerradura. Si no requiere llave y la parte exterior es una especie de ranura, puedes hacer uso de cualquier herramienta que cuente con una superficie larga y plana, lo suficientemente delgada como para entrar en ese espacio, como por ejemplo, la hoja de una tijera punta roma o una lima metálica gruesa.
La idea es evitar a toda costa lastimarse las manos ante la posibilidad de cualquier resbalón con ese elemento o herramienta al manipularlo mientras se intenta abrir nuevamente el pomo de la puerta. Descúbrelo
Si consigues otro tipo de herramienta con esas características, también es de utilidad, pero recuerda ante todo, la seguridad y prevención, pues a veces la angustia domina y podríamos hacernos daño. Hay cerraduras con esas características que pueden abrirse fácilmente con ayuda de una moneda y el procedimiento a seguir es el mismo que se explica a continuación.
Una vez conseguimos la pieza que servirá como “llave”, lo que prosigue es introducirla en esa ranura e intentar girarla cuidadosamente para no romperla y listo: ya tenemos acceso al espacio que estaba bloqueado; procedemos a revisar la cerradura del lado interno de la puerta (interior del baño) y verificamos que esté totalmente desbloqueada. ¿Fácil, verdad?
